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blog dedicado al mundo de las tarjetas plásticas y sus aplicaciones

21/10/08

TARJETAS PARA TODOS

-REPRODUCCIÓN DEL ARTÍCULO EN EL PERIÓDICO DE CATALUNYA DEL DIA 20 Octubre 2008-
Producen 25 millones de fichas de plástico al año. No elaboran las de crédito, que se hacen en grandes series, sino las de fidelización o de radiofrecuencia para el bonobús
 Lluc Noelle, en la fábrica de Vall-Llobrega. Foto:  JOAN CASTRO
Lluc Noelle, en la fábrica de Vall-Llobrega. Foto: JOAN CASTRO
MANEL TORREJÓN
BARCELONA

Lluc Noelle (38 años) afirma que en estos tiempos en que tantos contenedores llegan de China y tanta importancia se da en la industria a los grandes volúmenes de producción, siempre hay una oportunidad para las pequeñas fábricas. Akrocard, que puso en marcha hace 12 años junto a su padre, Francesc, mueve tres millones de euros al año con la producción en Vall-Llobrega (Baix Empordà) de tarjetas de fidelización, para bonos regalo, para abonos de transporte y para la identificación de los trabajadores de una empresa. Todas hechas de plástico. "Se trata de volúmenes demasiado pequeños como para que los grandes se interesasen", dice en alusión a los musculados fabricantes de, por ejemplo, las tarjetas bancarias de pago, un negocio, por otra parte, suculento en un país con tanta cultura de cajero automático.
"No, ese no es nuestro cliente", explica Noelle. "Nuestras series de producción oscilan entre las 5.000 y las 500.000 tarjetas, aunque hemos llegado a fabricar hasta dos millones". Un dato: Akrocard fabrica e imprime unos 25 millones de tarjetas al año.
Partidarios de que vale más maña que fuerza, en esta empresa están volcándose en las tarjetas de identificación por radiofrecuencia (RFID, Radio Frequency Identification), que incorporan una antenita soldada a un chip que puede ser leído. En los últimos años a la tecnología RFID se le ha atribuido altas expectativas por su capacidad para revolucionar las grandes superficies --si se cumplen las profecías en el futuro no hará falta cajeras porque un lector podrá leer de golpe, sin el escaneo del código barras, todo el contenido de nuestro carro-- y para revolucionar también la logística. Pero aún hay mucho camino que recorrer. Noelle dice que las etiquetas RFID ya están triunfando en el mundo de las tarjetas de plástico: "Hemos servido 15.000 tarjetas a la empresa de transporte público de Tarragona para que las empleen los usuarios de los autobuses públicos. En lugar de bonos de cartón, los usuarios recargan una tarjeta que admite 80.000 transacciones".
En el futuro --opina-- las tarjetas con RFID se podrían convertir en una suerte de navajas suizas"Podríamos realizar operaciones con decenas de empresas diferentes con la misma tarjeta". Hoy, este tipo de tarjetas suponen el 30% de la cifra de negocio, aunque prevén que ese porcentaje suba hasta el 70% en el 2010.
Las tarjetas de series de producción medianas con un ritmo de crecimiento más fuerte son las de fidelización. "Hace ya años que existen pero tienen más presencia que nunca porque cada vez las ofrecen más empresas, cada vez el contravalor que se nos ofrece es mayor y, por otro lado, no perdamos de vista que los tiempos de recesión estimulan el uso". Entre los clientes de la firma en este segmento se cuentan Travel Club, Melià, la cadena de tintorerías 5 a sec y cadenas de supermercados de ámbito local. La tarjeta regalo, que tiene éxito en el norte de Europa, comienza a cobrar fuerza en España. Es el sueño de cualquier director financiero: "Hay grandes cadenas que ingresan en caja millones de euros que solo a lo largo del tiempo se irán consumiendo. Por otra parte, se evitan las costosas manipulaciones y gestiones que genera toda devolución de un regalo porque al destinatario no le ha gustado".
Hoy la empresa genera en el exterior un 20% de su volumen de negocio. "Sobre todo tarjetas para abrir puertas de hoteles".